PERRO Y GATO, ¿EL JUEGO PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA?
PRESENTAR EL PERRO AL GATO O VICEVERSA
El primer paso para construir una relación sólida y con una buena base son las presentaciones. ¿A qué nos referimos? Lo cierto es que no es lo mismo introducir un gato en un hogar donde ya vive un perro que al revés. Los gatos son seres extremadamente territoriales a los que no les gustan demasiado los cambios en su medio. Por ello, debemos respetar su ritmo y entender que ese instinto suyo no es una maldad sino su naturaleza irremediable.
Para presentar un perro a un gato se puede optar por hacerlo paulatinamente y separarlos en estancias diferentes. Poco a poco se irán oliendo, tendrán curiosidad y podrás dejar que tengan contacto físico. Cada perro y cada gato son un mundo y su carácter, edad, estado físico… influyen en su relación.
Para que te hagas una idea general, lo ideal es que cada uno tenga su zona de seguridad en la que pueda estar a su aire sin la presencia del otro si no lo desea. Las zonas con altura son ideales para los gatos, que ya tienden a encaramarse a muebles, camas, etc.
PERRO Y GATO: EL JUEGO PARA MEJORAR SU CONVIVENCIA
Hay que tener muy en cuenta, como hemos indicado, los instintos de ambos, tanto del perro como del gato. El perro tiende a la empatía y a ser sociable, mientras que el gato es más independiente y posee un instinto cazador muy prominente, además de ser muy territorial. Teniendo esto en cuenta, debes encontrar juegos que respeten ambos instintos.
Juguetes diferenciados
Puede parecer contradictorio porque queremos que jueguen juntos, pero el hecho de que cada uno tenga sus propios objetos puede mejorar su convivencia. De la misma manera que hay que intentar que no coman la comida del otro y que tengan espacios diferenciados para comer y hacer sus necesidades.
La naturaleza del gato y del perro
Hay diferencias en lo que les gusta hacer a los gatos y lo que desean hacer los perros. En el caso del perro, no solo va a depender de sus instintos sino de otros factores como su raza: a algunos les gustará más olisquear, a otros cazar, otros pueden ser más dormilones o más activos…
Teniendo esto en cuenta, no va a ser raro ver a tu perro perseguir al gato como si fuera una presa. Es un juego simbólico, si ha entendido que el gato forma parte de su familia obviamente la persecución no llegará a mayores.
Por su parte, el gato es un cazador profesional y un vigilante muy dedicado. A los gatos también les gusta corretear, así que habrá un punto de encuentro de juego en este sentido. Eso sí, correrán el uno tras el otro, intentando cazarse y un día te sorprenderán intentando cazar juntos algún insecto. En este aspecto, debes considerar que hay dos tipos de gatos en cuanto al juego: a los que les gusta perseguir y a los que les gusta ser perseguidos. Si a tu perro le gusta perseguir y a tu gato ser perseguido, o a la inversa, el triunfo está casi asegurado.
Hay otro detalle importante a tener en cuenta: el perro entenderá al gato como un igual y lo tratará como si fuera un perro en cuanto a la fase juego, olisqueándole, revolcándose a su lado y jugando a morderse de la manera a la que lo hacen los cachorros.
Como ves, tu papel en la relación entre tu perro y tu gato es proporcionarles espacios seguros a cada uno y haciendo que entiendan su condición de miembros de la misma familia. Será también tu responsabilidad prestar atención a las cambiantes necesidades de cada uno, sobre todo por lo que respecta a proporcionar al perro el tiempo que necesita de ejercicio para su equilibrio de energía.