A tu gato una mudanza puede provocarle mucho estrés. No es muy amigo de los cambios; al ser un animal tan territorial, le unen fuertes lazos con su entorno. Por eso, cambiar su espacio habitual debe ser una operación delicada en la que debes cuidar todos los detalles. En este artículo te damos algunas pautas para que la mudanza con gatos sea más placentera para todos.
Mudanza con gatos
Para los gatos, cambiar de domicilio suele estar relacionado con nerviosismo, miedo, agresividad y, en los gatos más sensibles, pérdida de apetito, desarrollo de problemas de comportamiento y, también, enfermedades.
Esto se debe a que los gatos son muy sensibles a cualquier modificación de su entorno. Un cambio de vivienda puede ser un factor de ansiedad muy significativa que afecte al bienestar de tu gato.
Por suerte, hay algunos trucos y consejos que puedes aplicar para que la mudanza con gatos sea mucho más sencilla. Puedes empezar por ofrecerle un lugar en el que se sienta seguro durante el traslado y terminar por hacer de su nuevo hogar un lugar ideal para gatos.
5 pautas que puedes seguir en una mudanza con gatos
Para evitar estos problemas en la mudanza con gatos puedes poner en práctica algunas recomendaciones. El objetivo es que tu gato no note demasiado las idas y venidas de la mudanza y encuentre el nuevo domicilio irresistible. Veamos cómo:
1. Ofrécele un lugar en el que se sienta seguro.
En una mudanza, el ruido, los extraños entrando y saliendo de casa, los muebles que se mueven y las cajas por todos lados no solo ponen nervioso a tu gato. Por eso, antes de empezar una mudanza la primera regla que debes seguir es buscarle un refugio a tu gato. Puede ser una habitación aislada de todo el trajín.
Para que este truco funcione, lo mejor es habituar al gato a esta habitación (despejada, con su cama, sus juguetes, arenero y sus platos de agua y comida) al menos dos semanas antes de que comience la mudanza. De este modo, tu gato se habrá acostumbrado al nuevo entorno y se sentirá más tranquilo cuando empiece el ruido de la mudanza.
También puede ser buena idea incluir en esa habitación una televisión o radio encendida para que el sonido mitigue el ruido de fuera.
Del mismo modo que le procuras un refugio en la casa antigua, ofrécele uno también en la nueva. Mientras terminas de colocar todos los muebles y enseres en la nueva vivienda, destina una habitación en la que el gato no sienta el trajín.
2. El último en mudarse es tu gato.
Lo mejor es que dejes las cosas de tu gato en la habitación refugio hasta que ya hayas recogido todo lo demás. En el último momento, mételo en el transportín y llévalo al nuevo hogar. Para que tu gato no se ponga nervioso es necesario que lo hayas acostumbrado a esta forma de transporte de la forma adecuada. Utilízalo en las salidas que hagáis, pero no solo las que tienen que ver con el veterinario.
3. Mímalo un poco más de lo normal y juega con él.
Para que se distraiga y acoja los cambios con más tranquilidad, es una buena idea que pases tiempo de calidad con tu gato. En una mudanza con gatos debe haber espacio también para el juego y la diversión. Una vez que le has proporcionado su refugio, no te olvides de él. Hazle compañía de vez en cuando y no descuides las rutinas que sueles tener con él, como los juegos o el tiempo que dedicas a cepillarlo, por ejemplo.
4. Cuando lleguéis a la nueva casa deja que explora con tranquilidad.
Cuando la casa esté lista y todo colocado en su lugar, abre todas las puertas (también la del refugio felino) y deja que tu gato deambule por cada habitación. La idea es que explore a sus anchas y ponga en práctica la curiosidad que lo caracteriza.
5. Haz de tu nueva casa el hogar ideal de tu gato.
Tu gato será feliz en la medida en que tu casa esté adaptada a su personalidad. Ya conoces la personalidad de tu gato, sabes lo que le gusta y o que no. Aprovecha lo primero para cumplirle ciertos caprichitos. Por ejemplo, un lugar con espacio suficiente para merodear, varias camas colocadas en distintas algunas (recuerda que a los gatos les gusta colocarse en lugares altos para controlar el espacio), el arenero en una zona donde tenga suficiente intimidad, etc.
Como ves, con unas sencillas pautas y un poco de sentido común, puedes lograr que una mudanza con gatos no se te vaya de las manos. Eso sí, ten en cuenta que las prisas no son buenas. Tómate tu tiempo para recoger tus cosas con calma, cuanto menos trajín haya alrededor de tu gato, mejor que mejor.